- "Te lleve al lugar que te he preparado".
Esta es la misión más importante y el deseo mayor
de nuestro Angel de la Guarda: la de guiarnos al Cielo, al lugar
que nuestro Padre Dios nos tiene preparado, que ya ellos conocen
y poseen en plenitud, mientras también nos acompañan
durante nuestra vida terrena. Así que el ayudarnos
en nuestra salvación es la función más importante
de nuestro Angel Custodio.
- . "Te cuide en el camino"
denota "Protección". Los Angeles
de la Guarda nos defienden y protegen de las seducciones del Demonio,
nos ayudan en las tentaciones e interceden por nosotros ante Dios
en esos momentos. Nos mueven a hacer el bien y evitar el mal;
nos mueven a cumplir la Voluntad de Dios. Es decir, hacen el trabajo
contrario a los demonios.
Esta protección también es física. Recordar
a Daniel en la cueva de los leones (Dn.6, 23), los tres
jóvenes en el horno (Dn. 3, 49) y San Pedro en la
prisión (Hech.12, 7).
Esta amplia protección asignada a los Angeles Custodios
puede verse clara en el Salmo 90, en el cual leemos que
el Señor ha ordenado a sus Angeles guardarnos en todos nuestros
caminos y llevarnos en sus manos para que no tropiecen nuestros
pies contra las piedras.
- . Nuestros Angeles de la Guarda oran por nosotros y
con nosotros. San Rafael Arcángel ofrecía
las oraciones de Tobías (cfr. Tob.12, 12). El
Angel del Apocalipsis ofrece las oraciones de todos los santos
(Ap. 8, 3-4). No es que el Señor no oiga nuestras
oraciones, sino que los Angeles unen sus oraciones a las nuestras
para hacerlas más aceptables a Dios. Dice Sto. Tomás
de Aquino: "nuestro Angel de la Guarda participa en todos
los beneficios que recibimos de Dios, porque él nos ayuda
a obtenerlos".
Dentro de su función de orar con nosotros, como los Angeles
Custodios alaban a Dios incesantemente, ellos desean y nos
mueven a nosotros, sus protegidos, a unirnos a ellos en
la oración vocal más elevada que hay, la de
alabanza a nuestro Dios y Creador. Es por ello que el Arcángel
Rafael, antes de revelar su verdadera identidad y despedirse de
Tobías y Sara, les instruye así: "Bendigan
siempre al Señor ... A El deben bendecir y cantar todos los
días ... Bendigan ahora y den gracias al Señor"
(cfr. Tob. 12, 16-21).
- . Es en la hora de la muerte cuando el Angel de la
Guarda muestra mayor celo. Esta creencia cristiana de
que el alma es acompañada por su Angel al Tribunal de Dios
se basa en las palabras de Nuestro Señor Jesucristo: "Sucedió,
pues, que murió el pobre y fue llevado por los
Angeles al seno de Abraham" (Lc. 16,22). Pero
así también el Angel de la Guarda acompañará
al alma al lugar preparado para ella desde toda la eternidad,
donde juntos podrán gozar de la Visión Beatífica
y entonar el incesante cántico de alabanzas y gracias al
Dios Uno y Trino, Señor de Cielos y Tierra.
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