¿Qué es Harry Potter? Algunos lo conocen ... otros no. Pero si preguntamos a algún niño, seguramente tendrá toda la información ¡y con lujo de detalles! Harry Potter es el personaje central de una colección de libros dirigidos a niños y adolescentes -pero que los adultos también leen con interés- los cuales, en forma muy agradable y aparentemente inocente, introducen a los pequeños lectores al mundo de la Brujería y de la Hechicería. Las películas sobre los libros
se han ido estrenando en casi todo el mundo. Y ¿por qué los niños saben de esta saga
ocultista? Porque en las Escuelas (Colegios Católicos, inclusive) les
están pidiendo este material como lectura requerida, tal vez sin darse
cuenta del peligro que contienen estas historias. Cuando Harry tenía once años comienzan a suceder cosas extrañas: una lechuza lleva una serie de cartas para Harry, que su tío destruye antes de que el niño pudiera enterarse. Por el contenido de la correspondencia y por todo lo que acompaña estos envíos, los Dursley deciden esconderse en una lejana cabaña, esperando no ser encontrados. Pero, para su sorpresa, poco tiempo después de estar instalados en su escondite, un ruido estruendoso tumba la puerta de la cabaña y aparece un enorme gigante llamado Hagrid, quien furioso reclama la destrucción de las cartas y revela lo que quería: que Harry es un mago, hijo de padres hechiceros, por lo que lo invita a la Escuela de Magia y Brujería Hogwarts, cuyo director es el Profesor Dumbledore. Hasta el momento de su entrada a esta escuela, Harry ha vivido en un mundo de muggles (gente que no cree en brujería y magia o que las condena como malignas, peligrosas o demoníacas), pero ahora en su nuevo mundo, además de estar rodeado de algunos seres no-humanos, tiene la amistad de dos compañeros de estudio: Ron y Hermione. Así, en un ambiente de magos y magias,
hechiceros y hechizos, brujos y embrujos, una escuela rodeada de un bosque
oscuro prohibido y un cercano pueblo donde sólo se aceptan magos, Harry
comienza a practicar la magia, la brujería y la hechicería, demostrando
ser muy competente en estas artes ocultas. Los libros de Harry Potter constituyen una saga de siete volúmenes, dirigidos originalmente a niños, pero que han resultado de interés para jóvenes y adultos también. Esta es la historia del primer libro: Harry Potter y la Piedra Filosofal, extraño objeto que, supuestamente, otorga a quien la posee, la posibilidad de no morir. El segundo libro, Harry Potter y la Cámara Secreta, es la continuación de la saga. Aquí aparece un duende, que pone en peligro la vida de Harry y un profesor experto en Defensa contra las Artes Ocultas. Harry y sus amigos encuentran la manera de entrar a la oscura cámara secreta. En el tercer libro, El Prisionero de Askaban, Harry se enfrenta a los dementores, extraños seres que roban la felicidad a los magos y que se pueden derrotar concentrándose en un suceso feliz de sus vidas, o bien, lanzando un hechizo apropiado. En el cuarto libro, El Cáliz de Fuego, tiene lugar el encuentro mundial de quidditch (el deporte de magos en escobas voladoras) y Harry debe enfrentarse a fuertes ataques del mago malo, Voldemort. Otro de los libros presenta los hechizos
de Harry Potter y cómo realizarlos. Sin embargo, estas historias literarias, ahora cinematográficas, no son propiamente una fantasía, aunque aparecen en ellas algunas cosas imaginarias, como unicornios, duendes, juegos de muchachos volando en escobas, lechuzas que llevan cartas, etc. Esta parte es fantasía. Lo que no es fantasía son otras cosas que tienen lugar en el mundo de Harry Potter y que bien pueden suceder y de hecho suceden en la vida real: la magia, la brujería, los hechizos, etc. Estas cosas no son fantasía y son de un grave peligro, tanto para adultos, como para jóvenes y, sobre todo, para niños, a quienes primordialmente está dirigida la saga. Veamos algunas de estas peligrosas prácticas que nos presentan estas aventuras en forma aparentemente inocente. Se presentan, en forma liviana y hasta simpática, hechos de Magia oculta, muy distinta a la otra magia de trucos hechos por destrezas, con los que se pretende engañar la vista de los espectadores. En la magia de esta saga aparecen Magos y Hechiceros, los cuales usan recursos típicos de la magia oculta, como hechizos, encantamientos, ceremonias, conjuros, etc. ... y hasta pociones, para cambiar el ambiente o para afectar a las personas. Ceremonias: la ceremonia del Sombrero Seleccionador, con la presentación de objetos materiales animados como si fueran espíritus: sombrero actuando y hablando, taburete moviéndose, velas encendidas flotando en el aire. También fantasmas, los cuales son realmente espíritus que se hacen visibles a algunos o a todos los presentes en la sesión. Hechizos, Maleficios y Conjuros: El Maleficio de las Piernas Unidas, con su respectiva palabra ocultista en lenguaje oculto (en este caso el latín) para dejar sin movimiento al receptor de tal mal. El Hechizo de la Inmovilización total, que dejó totalmente paralizado y petrificado a un compañero (Neville), también haciendo uso de la orden en latín. Poder mental: Para luchar contra los dementores, apariciones de encapuchados, llamados chupadores de almas, que pueden chupar la alegría de la vida, pueden concentrarse (poder mental) en un hecho feliz de la propia vida, o también, lanzando un hechizo. Escritura automática: Un instrumento animado que detecta el nacimiento de un niño mago y escribe su nombre en un libro. Pociones: Entre las materias de los alumnos está la preparación de pociones para lograr efectos en las personas. Acciones demoníacas: Se dicen cosas como ésta: Harry sintió como si el Lazo del Diablo lo hubiera clavado en el suelo. No podía mover ni un músculo. Posesiones demoníacas: Voldemort (que representa al Demonio) toma posesión del cuerpo de Quirrell y dice cosas como ésta a través del poseso: Tengo forma sólo cuando puedo compartir el cuerpo de otro ... Pero siempre ha habido seres deseosos de dejarme entrar en sus corazones y en sus mentes ... Mejor que salves tu propia vida y te unas a mí, o tendrás el mismo final que tus padres: murieron pidiéndome misericordia. ¡Pero si Harry Potter es pura fantasía! ¿Qué importa la fantasía? Un desconocedor del mundo del ocultismo y del satanismo podría creer que esto es pura fantasía. Pero los que han estado en ese mundo, o los que lo conocen por referencia, saben que este tipo de hechos son de la vida real. La Magia, la Brujería, la Hechicería son reales, como reales son las acciones que realizan los espíritus malignos y el mismo Satanás, a través de personas que se presten a ser usados por éstos. He aquí un testimonio de una ex-bruja,
Carmen Helen Guerra, que muestra que lo que sucede en Harry Potter es
lo mismo que hacen los brujos reales: Cuando yo era bruja, realizaba
sesiones y ceremonias, invocaba espíritus y llamaba a entidades espirituales,
lanzaba hechizos, quemaba velones, preparaba pociones. (Testimonio
publicado en el libro Ungodly Rage de Donna Steichen,
1991) En primer lugar, estos escritos han venido a satisfacer una curiosidad por lo ocultista y un deseo de poderes extra-ordinarios que muchos niños, jóvenes y adultos tienen hoy en día, debido a influencias previas a través del cine, la televisión y los juegos electrónicos. En segundo lugar, estas historias
satisfacen el deseo de aventura, por la buena trama de suspenso, misterio
y fantasía que contienen, además de presentar el consabido enfrentamiento
del bien contra el mal. Termina triunfando el bien, representado
por Harry Potter. Es cierto. Pero este bien de Harry Potter
es sólo aparente, pues no hay ni hechicería, ni brujería,
ni magia buenas. Todas esas prácticas son malignas,
por más que lo que se pretenda lograr al utilizarlas sea un bien. Así que lo más grave en estas novelas es que se nos presenta un mal (el uso de poderes malignos a través de la hechicería, la brujería, la magia, el espiritismo, el satanismo, etc.) como si pudiera ser bueno, conveniente o necesario, para lograr fines buenos. Pero al final del primer libro se deja ver la verdadera intención cuando ya se dice expresamente que la búsqueda de poderes malignos es lo único que importa, dejando además en confusión lo que es el bien y lo que es el mal. El poseído por Voldemort (Quirrell) dice así: No hay ni bien ni mal, sólo hay poder y personas demasiado débiles para buscarlo. Sin embargo, para el momento de esta maligna revelación, ya el lector o espectador está tomado por el interés en la historia, en la trama, en los hechos, en el encanto de estos magos buenos, en el deseo de tener poderes como ellos, y muy probablemente se le escape esta observación que revela todo el mal y todo el peligro contenido en esta aventura. A lo largo de la saga se nos han presentado
todas estas prácticas demoníacas como inocentes y hasta buenas. Pero la
verdad acerca de estas actividades malignas es otra. Veremos lo que dicen
algunos que en la vida real han salido de ese mundo maligno, lo que dice
la Biblia y lo que dice la Iglesia Católica. El regreso a la vida normal fuera del ocultismo no es tan fácil como pareciera desprenderse de este testimonio. Suele ser un camino difícil, pues el Demonio lucha para no perder sus presas. Dios es el Todopoderoso. Su infinito poder está -por supuesto- por encima del Demonio y de los demonios. Pero para las personas que se han dejado dominar por el Demonio su definitivo regreso a Dios está marcado por avances y retrocesos, caídas y levantadas, hasta que ¡por fin! llega el ansiado momento en que se da la conversión definitiva a Dios. A la mayoría de personas que han estado envueltas en ocultismo, les queda algo, como una huella de ese mal en sus almas, lo cual les da una especie de sensibilidad a lo ocultista, que otras personas no tienen. Esa huella en el alma es la diferencia que estaba notando entre la gente que quedaba encantada con Harry Potter y aquéllos de nosotros que quedábamos perturbados. Sucedía que esa huella volvía a ser tocada cuando leíamos Harry Potter, porque estábamos reconociendo cosas que habíamos conocido en el pasado y que habíamos rechazado por amor a Dios. (Tony Collins, católica no practicante ahora convertida, había intentado practicar Brujería y Hechicería) Clare McGrath, ex-curandera New Age, de regreso al Catolicismo, manifiesta su preocupación por Harry Potter, ya que reconoce en esta saga muchas de las artes que ella antes practicaba. Ella y sus compañeros de ocultismo, psicólogos, físicos y de otras profesiones (los cuales eran a la vez magos, brujos y hechiceros) defendían sus estudios ocultistas porque eran de la categoría de magia blanca, muy parecida a la que aprenden Harry Potter y sus amigos en la Escuela Hogwarts. Pero, habiendo dejado el ocultismo y regresado a la Iglesia Católica, ahora se da cuenta de que en realidad hay un solo tipo de magia conocida como magia negra, ocultismo, satanismo y artes oscuras. Jacqui Komschlies hace una advertencia similar: Tenemos que recordarnos que la brujería en la vida real puede llevar, y de hecho lleva, a la muerte, a la muerte eterna. Por muchos años estuvo ella fascinada con lo extra-ordinario, apetito que desarrolló leyendo historias sobre magos magia, poder y aventura (lo mismo que presenta Harry Potter). Al cabo de un tiempo se dio cuenta que no controlaba sus pensamientos. Un día los espíritus malignos, los poderes y las diosas que la acosaban hasta en sus sueños, comenzaron a hablarle directamente. Aterrorizada, clamó a Dios. El la rescató y las voces cesaron. Vivian Dudro, quien no tiene experiencia
en el ocultismo, revela su preocupación porque muchos niños, incluyendo
sus propios hijos, después de haber leído las historias de Harry Potter,
se encuentran fascinados por el ocultismo. Esta saga ha incitado a que
los niños busquen más información en otras fuentes de brujería, magia
y espiritismo. El individuo representado por el 666 es el Sr. Nicolás Flamel (flame=llama), presentado como el personaje más generoso y noble de toda la novela, al final del primer libro y de la película es elevado a las alturas de la oblación personal, cuando a la edad de 666 años decide dar su vida por la salvación del mundo, al acordar con su amigo Dumbledore, el Director de la Escuela, que se destruya la piedra filosofal. Es decir, el símbolo de la bestia del Apocalipsis es presentado como el salvador de la humanidad para Harry y sus compañeros de escuela y para los lectores y espectadores de esta saga. La palabra transfiguración para los cristianos significa el misterio de la Transfiguración del Señor en el Monte Tabor, presentado en la Biblia como el momento maravilloso en que Cristo se transfigura ante algunos de los Apóstoles, mostrándoles el esplendor de su divinidad. En el primer libro y en la película esta palabra es rebajada, tergiversada y pervertida al ser usada para describir la magia de cambiar un objeto por otro. En el segundo libro, la palabra es usada con mucha más frecuencia para significar frecuentes cambios de este tipo. Sin embargo, aunque en el inglés original la palabra usada es transfiguración, en la traducción al español, equivocadamente, se usó la palabra transformación. La Mano de la Gloria,
que aparece en el segundo libro es un macabro objeto en forma
de mano muerta la cual, introduciéndole una vela entre los dedos, alumbra
sólo a quien la lleve,¡el mejor aliado de los ladrones y saqueadores!. Monjas y Frailes son
presentados como almas perturbadas (monjas fúnebres de figura
harapienta arrastrando cadenas junto con un Fraile Gordo),
contrastando estos espíritus con un alegre fantasma en la
ceremonia de la Fiesta del Cumpleaños de la Muerte que
aparece en el segundo libro. Muggles : Personas que no practican magia o la consideran como lo que realmente es: maligna, demoníaca y peligrosa. Quidditch: Deporte en escobas voladoras. Hufflepuff, Gryffindor, Slytherin: Nombres de Secciones de la Escuela. Pero otras tienen un significado encubierto abiertamente macabro: Hogwarts : (Berrugas de puerco): Nombre de la Escuela. Ravenclaw: (Pezuña de cuervo): Otra sección de la Escuela. Crookshank: (Garfio de canilla): nombre del gato en el libro 3. Soul suckers: (Chupadores
del alma) que supuestamente roban la felicidad a los magos. No practiquen la hechicería ni la astrología (Lev. 19, 26). No se dirijan a los brujos ni a los que llaman a los espíritus: no los consulten, no sea que con ellos se manchen (Lev. 19, 31). Si alguno se dirige a los que consultan a los espíritus, o a los brujos para prostituirse con ellos, volveré mi rostro contra él y lo eliminaré de su pueblo (Lev. 20, 6). Todo hombre o mujer que llame a los espíritus o practique hechicerías morirá (Lev. 20, 27). Que no haya brujos ni hechiceros; que no se halle a nadie que se dedique a supersticiones o consulte los espíritus; que no se halle ningún adivino o quien pregunte a los muertos. Porque Yavé aborrece a los que se dedican a todo esto, y los expulsa delante de ti a causa de estas abominaciones (Deut. 18, 10-12). Y, por boca del Profeta Isaías, Dios
lanza un durísimo discurso para el pueblo pagano de Babilonia, donde la
magia se practicaba por doquier y ponían en ella desmesurada confianza.
He aquí algunas frases: Te va a ocurrir una desgracia que no
podrás evitar ... Quédate, pues con tus encantamientos ... a ver si te
ayudan en algo ... Que se presenten y que te salven los que describen
los cielos y observan las estrellas y te dan a conocer cada mes lo que
te sucederá. Serán todos como paja que devora el fuego ... En esto vendrán
a parar tus magos: se irán corriendo uno tras otro y no podrán salvarte.
(Is. 47, 9-15) El Catecismo de la Iglesia Católica
nos advierte: Todas las prácticas de magia o de
hechicería, mediante las que se pretende domesticar potencias
ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre
el prójimo -aunque sea para procurarle la salud-, son gravemente contrarias
a la virtud de la religión. Estas prácticas son más condenables aún cuando
van acompañadas de una intención de dañar a otro, invoquen o no la intervención
de los demonios (CIC # 2117). Y, como si fuera poco eso de perder la vida eterna -a juzgar por los testimonios de gente que ha regresado del ocultimo- sabemos que puede llevar también a trastornos mentales, tormentos externos e internos, y hasta a la locura y el suicidio, los cuales podrán verse como desórdenes psicológicos, pero tienen -en el caso de los aficionados a estas actividades- una fuente bien específica: el ocultismo maligno y el deseo de poderes extra-ordinarios. Toda magia es magia y es maligna. Inclusive la llamada magia blanca es también magia y es maligna, pues se apoya en los poderes de los demonios para fines personales, egoístas y caprichosos. Los ocultistas consideran que hay tres tipos de magia: Magia neutra, que es el uso de supuestas habilidades mediúnicas de la persona. Magia blanca, cuyo poder viene -supuestamente- de espíritus buenos o de dioses y es la magia utilizada con fines buenos, como pueden ser sanaciones, protección, buena suerte, riquezas, búsqueda de pareja, etc. Magia negra, que se apoya en espíritus malos y es usada para fines malos, como la persecución, venganzas, destrucción y hasta la muerte misma. La magia considerada neutra es la practicada en las ceremonias, en las que se invoca a espíritus o dioses. Equivocada y engañosamente consideran quienes la practican que se apoya en supuestos poderes del inconsciente. Igual error es considerar buena la llamada magia blanca porque se use para lograr cosas buenas a través de supuesto espíritus buenos o de dioses. Pero se sabe que esos espíritus no pueden ser buenos y esos dioses no pueden ser Dios, pues Dios es uno solo. Entonces ... ¿quiénes pueden ser esos dioses? Los dioses que se prestan para complacer a los que buscan ocultos poderes son demonios disfrazados de dioses. Y ¿quiénes pueden ser esos espíritus? No pueden ser sino demonios y/o almas condenadas que están siempre listos para complacer a los que buscan poderes ocultos, para luego acabar con ellos, volviéndolos locos y llevándolos a la perdición. Los únicos espíritus buenos son, los Angeles que permanecieron fieles a Dios (¡no los ángeles caídos convertidos en demonios!) y, adicionalmente, las almas de los Santos y de los salvados. Y estos espíritus buenos (buenos de verdad ... no como los otros que se hacen pasar por buenos) están a la orden de Dios y sólo a El sirven y dan gloria: no están para estar complaciendo antojos y peticiones oscuras ¡aunque puedan parecer muy buenas! Los espíritus buenos responden sólo a Dios y pueden manifestarse a los humanos, sólo si Dios -por una gracia especialísima y soberana de su parte lo permitiera. Y cuando Dios permite algo así tan extraordinario y privilegiado, siempre es para manifestar gracias dirigidas a la salvación eterna de sus creaturas ... no para caprichos y deseos temporales. Y estos casos se dan con muy poca frecuencia. Pero en el ocultismo la cosa es muy diferente: los magos, hechiceros y brujos hacen causa común con el Demonio, aunque no lo sepan y aunque no lo crean. La Magia, la Brujería, la Hechicería y otras artes ocultas son todas satánicas, pues los que las practican se someten a Satanás, quien puede vestirse de ángel de luz (2 Cor, 11, 14), o de cualquier otra cosa, para engañar, pues es el inventor (o padre) de la mentira (Juan 8, 44 ). Toda Magia y cualquier otra forma de ocultismo termina por alejar de Dios y por someter al Demonio a aquéllos que se sienten atraídos por estas cosas y a los que la practican o intentan practicarla, además, de causarles graves trastornos psíquicos y mentales. Esa es la experiencia de los que están imbuidos en ese mundo y el testimonio de los que han estado allí y han regresado a Dios. Terry Ann Modica en su libro The Power of the Occult nos da a conocer cómo por haber jugado una vez la Oiuja terminó con una atadura con el Demonio, causada por su curiosidad y por su interés en la Magia: Yo creía que todo era debido a mis habilidades superiores y a la ayuda de Dios (¡Qué engaño más monstruoso!) ... Yo no creía que los demonios existían ... Pero cuando miro hacia atrás me doy cuenta de cómo Satanás me apresó debido a mi interés por lo oculto. Utilizando mi curiosidad, me fue introduciendo cada vez más profundamente en el ocultismo, llevándome cada vez más y más lejos de Dios y de Su Verdad. complemente esta información con:Harry Potter ... una historia donde nadie Harry Potter hace daño a los niños El peligro de leer libros o ver pelíclas de
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