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. ¿Qué es la Castidad? Es la virtud que gobierna y modera el deseo del placer sexual según los principios de la fe y la razón. La castidad no es una negación de la sexualidad, como nos dice la cultura pagana en que nos movemos. La Castidad es muy buena y necesaria, porque por la castidad la persona adquiere dominio de su sexualidad. Por ese dominio, la persona es capaz de integrar la sexualidad en una sana personalidad. Es usar la sexualidad para el propósito para el cual Dios nos la dio. ¿Por qué la castidad es útil y necesaria? . La castidad purifica el amor y lo eleva. Es la mejor manera de preparse para el Matrimonio. Desde la castidad se puede comprender y practicar mejor el amor conyugal. . Aumenta la energía física y moral. Se tiene mayor rendimiento en el deporte y en el estudio. . La castidad estimula a la persona para ir superando el egoísmo y la capacita para el sacrificio. Ambas cosas indispensables para las buenas relaciones conyugales. . La castidad es virtud indispensable para poder cumplir con la exigencia de la fidelidad conyugal. La castidad protege el futuro amor. Los jóvenes que han sabido estar a la altura de su deber en cuanto al recto uso de su sexualidad son los que sabrán después estar a la altura de su amor. . ¿Qué nos vende la cultura actual sobre la Castidad? El mundo o la cultura actual nos venden la búsqueda del placer sexual, porque con eso nos sentimos supuestamente libres, realizados y felices. Y, al seguir esos consejos, comenzamos a centrarnos en nosotros mismos, buscando el placer sexual, olvidándonos de Dios, de cómo nos creó y para qué puso en el ser humano la sexualidad. Seguir al mundo en cuanto a la lujuria definitivamente es desviarnos del plan de Dios desde el momento de la creación del ser humano. . ¿Cómo es eso de desviarnos del plan de Dios en su creación? Vamos a analizar cómo es que nos desviamos del fin para el cual Dios puso la sexualidad al crear a los seres humanos: El corazón está hecho para amar, y la razón es para razonar. Pero al ser manejado el corazón por el deseo carnal, que es lo más inferior de nuestra naturaleza, sucede la desviación. ¡OJO! No es que sea malo el deseo carnal (si fue puesto por Dios, no es malo, porque todo lo que Dios hizo es bueno. Lo malo es el uso que le demos). Un ejemplo puede servirnos para entender el mal uso que puede dársele a algo que Dios nos ha dado. Dios nos dio los dientes para morder, rasgar y masticar los alimentos. Pero si un agresivo decide usarlo para maltratar a los demás mordiéndolos, está cambiando la finalidad de una cosa buena para hacer algo malo que termina por desvirtuar el fin para el que fue hecho. Si usamos mal la sexualidad, nos desviamos del fin para el cual fue creada por Dios y dada a nosotros los seres humanos. Por eso, cuando la lujuria no se rechaza con diligencia, el sujeto cae presa de sus propios deseos que terminan por dominarlo y desviarlo. LUJURIA La lujuria es el goce del placer sexual en forma desordenada. Los deseos y actos son desordenados cuando no se conforman al propósito para el cual Dios los creó. En el caso de la sexualidad, Dios nos la dio para propiciar el amor mutuo entre los esposos unidos en matrimonio cristiano y para favorecer la procreación. Así que, cuando la búsqueda de placer está separada de la procreación y/o de la unión entre un hombre y una mujer que estén unidos en matrimonio cristiano, se está cayendo en el pecado capital de lujuria. Y, como todo pecado capital, la lujuria origina otros pecados: . La fornicación: relaciones sexuales antes o fuera del matrimonio cristiano. . La masturbación, los actos homosexuales, la pornografía, mal terrible de nuestra época por su difusión masiva y casi compulsiva por el Internet. . la pederastia, la violación, la prostitución. ¿Qué cosas nos conducen a la lujuria? Pensamientos, conversaciones, películas, fotografías, imágenes, etc. que estimulen pensamientos y deseos contrarios a la castidad y/o que nos lleven a pecar de lujuria. Al ponernos en ocasión de pecado, ya estamos pecando. ¿Cómo usar la sexualidad? El(la) joven soltero(a) deberá educar sus afectos y a encauzarlos hacia el amor de entrega a la persona amada. Los jóvenes deben cuidar de no confundir placer sexual con amor. Al tener relaciones sexuales pre-matrimoniales, se corre el riesgo de enamorarse del placer y no de la persona. Los jóvenes solteros deben estar convencidos de la conveniencia de educar sus afectos y guardarlos para la persona que Dios les tiene destinada como su pareja para toda la vida. Los jóvenes solteros deben entrenarse para que la voluntad y el entendimiento rijan su sexualidad. Así podrán ser verdaderos dueños de su sexualidad y no sus esclavos. DOS FORMAS DE PENITENCIA: ACTIVA Y PASIVA. Activa: Recibida la iluminación y el impulso del Espíritu Santo para hacer penitencia –sean pequeñas o grandes- depende luego de nuestra iniciativa. Pasiva: consiste en someter todo lo que el Señor envía o permite para nosotros, respondiendo con generosidad a los inconvenientes, sufrimientos, dificultades que nos surjan. "¿Estáis dispuestos a abrazar todos los sufrimientos que Dios desee enviaros?" preguntó la Virgen a los pastorcitos en Fátima. No los llamó a la inactividad, sino mas bien a la disposición interior de aceptar y abrazar lo que el Señor les permita. La iniciativa es de Dios, quien requiere nuestra disponibilidad. En la pasiva, Dios es quien directamente purifica a la rama fructífera. Pueda que permita para la persona una humillación y la persona, al ceder con gozo y aceptación, en sumisión total a su voluntad, crece en humildad. La pasiva muchas veces es mas difícil que la activa. Cuando la voluntad impone una penitencia, en el área que sea, puede ser difícil, pero tiene el sentido de logro y éxito. En la pasiva muchas veces trae un sentido de impotencia. SUGERENCIA sobre la PENITENCIA en CUARESMA: En esta Cuaresma pedir al Espíritu Santo que nos indique qué defecto, qué vicio, qué pecado, cuál comportamiento que molesta a los demás, quiere Jesús ayudarnos a controlar, ejercitando los músculos espirituales para estar listos y atentos ante la tentación. Así iremos quitando poco a poco aquellos comportamientos nuestros que están lejos de ser como los de Jesús. CONCLUSION sobre la PENITENCIA: Más que renuncia, la penitencia es darse, entregarse: es ir quitando de nosotros lo que no se asemeja a Cristo. ¿De quién es el logro? MUY IMPORTANTE: La capacidad de mortificación y penitencia no es un logro personal, no es un regalo que le damos a Dios: es una gracia que El nos da.
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